En 2014, el Papa Francisco sorprendió al enviar una carta a Lilian Clark, madre del músico argentino Gustavo Cerati, quien en ese momento llevaba cuatro años en coma. La misiva, escrita de puño y letra por el pontífice, ofrecía palabras de consuelo y cercanía espiritual: “A usted, señora, le envío mi bendición y le aseguro mi oración. Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide”.
El gesto conmovió profundamente a la familia Cerati y a los fans del líder de Soda Stereo. Francisco, quien antes de ser Papa era el cardenal Jorge Bergoglio en Buenos Aires, también había mencionado en entrevistas su admiración por la música de Cerati. Esta carta fue un acto íntimo, pero trascendente, que unió la fe y el rock argentino en una misma oración.