La Maldita Vecindad viene Los Angeles
La Maldita Vecindad/ Foto: Cortesía de la Banda

Maldita Vecindad: Nuestros paisanos en EE.UU. nos hacen sentir en casa

El Botón.-

     Hablar con Rolando Ortega, alias Roco Pachuco, es como hablar con un viejo gurú del rock: La mística y la música para él ya son inseparables. 

     Pero es que Roco, lleva 38 siendo el vocalista de La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, por lo tanto vivió ya todas las fases que se pueden vivir en una banda sin la cual, es imposible puede hablar de la historia del rock en español.

     Entonces, a un místico músico todo lo que le queda es agradecimiento: “Ni siquiera yo lo tengo bien integrado, este paso del tiempo, es algo muy especial. ¿Cómo me siento? Con una gratitud infinita. Es imposible poder condensar estos casi 40 años de trabajo. Sobre todo porque esta visión cultural tuvo que irse abriendo paso de manera muy fuerte”, afirma Roco.

«La nuestra era una apuesta a un futuro más imaginado que real”.

 “Cuando empezamos, en 1985, era una era pre digital (…). Si había algo que te interesaba, tenías que ir a buscarlo. Sobre todo en México, donde el rock estaba censurado y era una propuesta cultural que apenas estaba integrándose o asimilándose en la sociedad mexicana. Por lo tanto, la nuestra era una apuesta a un futuro más imaginado que real”.

     Pero esa apuesta, se volvió una realidad cuando en 1988 grabaron su primer disco que llevaba el nombre de la banda, y se confirmó en 1991 cuando salió a la venta  El Circo: el disco que los lanzó a la fama en México y en el mundo. Este álbum les permitió tocar en Estados Unidos y en Europa junto con bandas como Janes’s Addiction y Faith no More.

     Y así se fue forjando la leyenda de La Maldita, como se le conoce hoy en día. Un grupo entre rock, el punk, el ska, la cumbia y el rockabilly, que estará de gira en Los Ángeles (de 10 Noviembre) y Chicago (18 de Noviembre) para reencontrarse con uno de sus públicos favoritos: sus paisanos.

     “Nos tocó ser parte de un movimiento que no respetó las fronteras. A nosotros nos tocó construir este momento del rock mexicano que no existía en México, pero también nos tocó construirlo junto con nuestros hermanos del otro lado del río”, recuerda el vocalista. 

     “Fuimos a tocar por primera vez a Estados Unidos en 1991, invitados por MECHA: el Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán, en San Francisco. Fue algo deslumbrante para ambos lados. Nosotros íbamos de pachucos punks, a tocar y yo aluciné: Caminar en Mission y ver todos los murales de la Virgen de Guadalupe, de Zapata, eso no existía en México, porque en ese momento nuestro país estaba completamente agringado”, cuenta Roco.

     “Tocamos con Bandido, los Doctor Locos y de Rocking Jalapeño Band, me moría de la risa con esos nombres, pero porque encontramos a una comunidad que gracias a la lejanía estaba más interesada por la raíz profunda de la cultura mexicana, que los que vivíamos en México. Eso me deslumbró.” confiesa el líder de Maldita.

     “Me acuerdo que cuando primero llegamos a tocar a los Ángeles, en el House of Blues de Sunset(…), nos ponían en un día “estelar” (dice cínicamente): el martes. Pero lo llenamos. Entonces nos fueron recorriendo de día por que todos eran soldouts, hasta que tocamos en sábado. Cada vez que había un soldout era una festejo de todos…

«Nuestros conciertos allá son una manifestación».

 “No nada mas de nosotros, sino del público, de todos. Era un reivindicación de nuestra cultura, de nuestra visión que nadie valoraba. Por eso nuestros conciertos allá son una manifestación. La banda va con pancartas, banderas, dibujos con camisetas que ellos hacen. Siempre ha sido algo muy emotivo, muy especial (…)…

     “Por eso nuestra conexión con todos nuestros hermanos en Nuestra Señora de Los Ángeles o en Califastlán, en Chicago, Nueva York o Houston, en donde abrimos brecha junto con todos los grupos de allá es muy importante. 

     “Es muy deslumbrante la creatividad del público cantan, bailan dan de brincos. A mi a veces hasta se me olvidan las letras. Me distráen mientras estoy cantando (…).  En ese momento no existen fronteras, estamos en casa”, concluye Roco.

     El místico gurú del rock mexicano, esperá que ese ritual se repita ahora que su música y sus fieles pachucos se reúnan otra vez en Califastitlán este noviembre.

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