El «Buen Pez», el «buen rollo» o la «buena vibra», como casi todos le decimos, no es más que un aura personal que nos distingue del resto de las personas y que podría interpretarse como los sentimientos positivos, las acciones fraternales y la actitud alegre con la que nos abrimos paso por la vida.
Aunque nunca tuve la oportunidad de platicar con Caloncho en el pasado, sabía que era un artista que además de sentir un amor implacable por la música, se distinguía por tener estas cualidades, lo cual me llevó a entender su lugar tan alto en la escena mexicana y por qué todos quieren colaborar con él.
Y es que es bien sabido que ningún músico colabora con otro sino existe una conexión. Esa comunicación intangible que luego recae en el estudio, nace completamente de los instantes que comparten y la empatía que sienten el uno por el otro. De ahí que Caloncho sea respetado en la industria, querido por sus colegas y amado incondicionalmente por su familia.
La creatividad que Óscar Valenzuela proyecta en su música nace de los impulsos y las curiosidades del día a día. Una playa, un viaje o hasta una reunión con sus amigos, se convierten en la coartada perfecta para estimular su imaginación y envolverlo en un viaje sonoro del cual se desprenderán las mejores canciones.
Caloncho no se adapta a los estilos sino que los altera a su gusto. Tal es el caso de su nuevo álbum Buen Pez (2022), una pieza discográfica que nos invita a crecer personal y espiritualmente al momento de escucharlo. A crear consciencia sobre nuestro paso por la Tierra y a comprender que debemos mejorar las condiciones de nuestro entorno para vivir una vida plena y feliz. Un mensaje potente pero que se disfruta de forma amigable de la mano de grandes colaboraciones.
Por todo esto conversé con Caloncho y entre una y otra cosa, conversamos sobre los detalles de su nuevo disco, la iniciativa que fundó en apoyo al planeta y el último viaje con sus amigos a la playa.
Quizá te lo han preguntado antes, pero me gustaría comenzar conociendo un poco de tu pasado… ¿Cómo surgió Caloncho? ¿Cómo le diste vida a este alter ego musical?
La verdad es que la música siempre me ha gustado y he estado en contacto con ella desde niño. Hubo un momento en el que yo ya había empezado a componer canciones y lo más fácil era utilizar un alter ego, como dices, alguien que no fuera yo, porque si algo pasaba o lo que sea pues mínimo yo no era al que le había pasado, sino a otro.
Yo me quería llamar «Homínido» pero al final quedó en Caloncho entonces se hizo mucho más personal porque Caloncho soy desde que tengo uso de razón y así quedó y por lo mismo hablo de cosas muy personales, no hay pantalla.
¿No hubo una epifanía o un momento en el que saliera ese Lado B tuyo?
La neta no, te digo que ha sido muy natural porque realmente soy Caloncho, así me dice mi mamá, mi familia, entonces es muy transparente el trip con el proyecto por lo mismo.
¿El proyecto funcionó desde el principio o fue una carrera de mucho picar piedra?
Yo creo que he sido muy afortunado. Soy muy afortunado porque me dedico a esto y es difícil comer de pronto de esta onda o trascender de tal manera para que sea tu trabajo full time.
Estuve un par de años informalmente haciendo canciones mientras hacía otros trabajos, tocando en sitios no tan afortunados pero no considero que ni haya sufrido, ni que lo haya pasado mal, ni que haya picado piedra. Siento que una vez que se alinearon las piezas como para saber con quién producir, que fuera amigo y que además admirara y me ayudara a mover el proyecto, todo pasaría y todo se alineó y la neta la primera canción tuvo un muy buen recibimiento que fue ‘Palmar’ y de ahí se recibió una cantidad de atención inimaginable. Estoy muy agradecido.
Caloncho no para… hace sesiones, lanza un disco, planea otro, hace un proyecto con otro cantante, tiene una fundación, en fin, ¿De dónde nacen esas ganas de seguir creando todo el tiempo?
Esto es algo muy reciente. Aunque ya veníamos haciendo muchas cosas, discos y lo de «Día a Día», como mencionas, realmente nunca me había llegado la noción del tiempo.
Siento que mucho de lo que he hecho ha llegado sin expectativas por lo tanto siempre me sorprende. Dicen que sin expectativa no hay desilusión también, entonces he recibido cosas tan chingonas, tan amenas, tan amables, que no me movía, ¿Me explico? Y ahora tras la pandemia me llegó esta onda de que pasaron dos años y no me di cuenta, ‘¿Cómo pasó esto?’ Dije, ‘tengo que ponerme las pilas, tengo que aprovechar el tiempo y conocerme’. ‘¿Para qué estoy aquí? Ah, soy músico, soy compositor, ok cálate’. ‘Ponte a producir, ponte a comunicar algo’. Y en esa etapa estoy, el año pasado fue una transformación.
Tus canciones transmiten ese feeling alegre para bailar y darle sabor a la vida, ¿Cuál es tu visión de la vida y de la felicidad ahora que tienes 35 años y una familia?
He pasado por mucho aprendizaje honestamente, tanto en mi carrera musical como al recibir esta experiencia cósmica que es la paternidad y algo de lo que me he dado cuenta, es de que ya estoy encontrando mi lugar. Estoy entendido quién soy y qué represento el en la constelación o cuál es mi rol en esta constelación de gente con la que interactúo.
Definitivamente cada experiencia cúspide es motivo para intentar aterrizar una canción. Está muy mercenario, muy comercial o muy comerciante, no sé cómo decirlo, decir ‘ok soy papá, ahora voy a hacer una canción de esto’ o me pasa algo increíble, ‘voy a hacer una canción de esto’, pero siento que de ahí sale, en algún momento va a salir algo porque algo impacta y te cambia física y químicamente, y de ahí hay mucha tela de donde cortar, hay mucho para hacer canciones definitivamente.
Está súper interesante la iniciativa de “Día a Día” y además en el pasado ya has echado a andar otros proyectos en apoyo al planeta, platícame un poquito de cómo nació esa parte en ti de querer hacer un cambio y qué relación le ves con la música.
Yo creo que es algo que tengo desde morro. Desde chiquito me hacía preguntas, porque soy de un estado muy caluroso, muy desértico y me hacía preguntas respecto al agua, como de ‘¿Qué pasa si se acaba el agua?’ Y te estoy hablando que estaba en tercero de primaria.
Estudié Relaciones Internacionales que tiene mucho que ver con esto, es una carrera muy amplia en donde también se abordan temas de organizaciones para tener causas que ayuden a tener una sociedad y una realidad mejor o más plena o más justa, y a raíz de la música, me di cuenta que que todo todo está relacionado.
A mi paso por las ciudades que visito me di cuenta de que dejamos un gran impacto medioambiental, cuando viajas en avión, en carro, lo que comes en el camerino, la energía que se utiliza para echar a andar un escenario, para poner el backline, para trasladar todo eso, al final un show es una suma de demasiados talentos y roles y labores muy valiosas pero tratamos de empezar a cambiar ciertas cositas para tener un impacto menor.
En este tiempo nos dimos cuenta que hay mucho por aprender en el camino y rebotar con gente profesional que puede ser la audiencia precisamente, está bien chingón, por lo tanto hicimos esta onda de «Día a Día» donde el objetivo es aprender colectivamente y que todo mundo tenga un mindset de dónde estamos en este momento.
Existe esta noción de que es por ayudar al planeta, pero honestamente es mucho más egoísta que eso. Depende de donde lo veas, es ayudar a conservar las condiciones vitales para que podamos permanecer acá nosotros y muchas otras especies y seres vivos. Al final, si nosotros nos estamos metiendo el pie y al resto de los seres vivos, va a ser catastrófico, por lo tanto sí hay que tener este mindset y cambiar ciertos ciertos hábitos de consumo para poder permanecer aquí de la mejor manera.
Ya lo estamos viendo, la pandemia justo fue una consecuencia de nuestra falta de conciencia.
Desde tu visión, ¿Qué puede hacer una persona, además de claro separar la basura, usar menos plástico, ahorrar agua, para sumar a la causa?
Es que ahí está el detalle. Desde la noción individual de los hábitos de consumo se genera una mejor colectividad y también porque esto genera demandas distintas para las empresas que al final son las que están deteriorando un chingo las condiciones vitales. Si uno deja de consumir plásticos de un solo uso, ¿Por qué van a seguir vendiéndolo si somos mucho más?, ¿Por qué van a seguir vendiendo ese confort súper absurdo que es una botella de plástico que desechas de volada y que termina estando en el planeta por miles de años? Si no existe esa demanda tendrían que cambiar su manera de ofrecer un producto, su manera de querer seguir en este drive de acumular recursos y poder.
Yo sí soy idealista y siento que desde la individualidad se puede generar una mejor colectividad, con relación a plásticos de un solo uso, con atención de lo que realmente necesitas comprar, porque también aquí hay un chorro de cuestiones ideales y de herramientas consolidadas de aspiraciones absurdas que tienen que ver con capitalismo y consumismo.
Por otro lado, el consumo de carne. Por eso justo deje de comer porque es una industria que sí deteriora mucho. Yo no estoy diciéndole a la gente lo que tiene que hacer, lo que yo hago es compartir mi proceso de aprendizaje para saber si a alguien más le parece atractivo, alguien más hace click y dice ‘Ah, ok, eso está chido, voy a investigar más’.
Con Malvadisco (2021), entregaste un trabajo introspectivo en el que explorabas hacia el interior, pero Buen Pez (2022), es un trabajo con más colaboraciones y está súper cargado de buena onda… ¿Qué hubo en ese inter que te llevó a plantear este nuevo concepto?
Creo que fue una vez más, y cómo es que le hemos dado protagonismo a esta madre, pero la pandemia. Malvadisco fue un disco de pandemia súper introspectivo, incómodo, incómodo para mí en temas que estaba tratando de descifrar ante el agobio rarísimo que estábamos experimentando, por eso también las rolas se sienten así.
La antítesis o el contraste es el Buen Pez, cada uno lo dice «mal» y «buen», ya después me di cuenta eso (risas) Pero el Buen Pez justo está hablando de eso, de que ya no quiero estar en aislamiento, quiero salir a colaborar, quiero salir a componer, a sentirme bien con el proceso, a escoger temas que me hagan vibrar y que me hagan querer compartir música y querer compartir mis ideales a través de «La Hermana República del Buen Pez» y tener una realidad mucho más plena.
Un concepto genial es el de que estamos aquí por un instante y de que somos efímeros, pero al escuchar la canción, aunque es un mensaje fuerte, la forma en que lo expresas te hace sentir bien, ¿Era tu intención hacer esto?
Hay una cosa que me gusta mucho y es «dejar ser» y esto es mucho del Buen Pez. Es una coautoría, una canción que hice con un amigo que se llama Kurt, muy talentoso de Culiacán, y de entrada es confiar en la otra persona. Si estamos tratando de crear juntos, debes confiar en el criterio de la otra persona, en lo que propone, tratar de que así funcione.
Por otro lado, me gusta mucho cuando las letras tienen esa cualidad que dices que son lo suficientemente profundas, pero no pretenciosas, que se sienta ligero. Esa canción la produjo Juan Pablo Vega, que es un genio, amigo, compositor, intérprete y productor, entonces es confiar en cada parte con la que decidiste trabajar para tener el resultado.
‘Somos Instantes’ me parece una buena carta representativa de lo que el Buen Pez quiere comunicar.
¿Por qué quisiste crearlo en la playa? ¿Qué te gusta de ella?
Me encanta la playa. Me gusta lo que representa. Me gusta estar en la naturaleza y como te mencionaba hace rato, el poder aislar o más bien el remover mi casa para poder cumplir con la única responsabilidad de crear canciones, era muy necesario. Ya venía de hacer ejercicios en el bosque y ejercicios en la ciudad. y dije ‘A ver, vamos a la playa, si tanto me gusta y tanto amo San Pancho, vámonos pa’ allá’. Traté de reunir las cosas que más me hacían vibrar y sentir bien y dije ‘Eso va a quedar representado en el álbum’.
Las colaboraciones no son muy comunes en tus discos, ¿Por qué creíste que era el momento de hacer algo que no habías hecho en el pasado?
Justo por lo que te mencionaba del contraste del aislamiento. Del aislamiento de la pandemia a la colaboración, a la creación colectiva con más gente. Cotorrear, eso anhelaba, porque todo es diferente en ese sentido. El proceso cambia, aprendes. No sabes cuánto he aprendido de hacer y crear con otras personas porque tienen caminos diferentes hacia el mismo rumbo o hacia la misma misión creativa.
Por último, acá en El Botón nos gusta saber un poquito de lo que escuchan nuestros artistas favoritos, ¿Nos podrías dar un par de recomendaciones para los que nos escuchan y leen?
¿Qué he escuchado recientemente? Mmm a ver un disco que se llama Art de Benny Sings, es un disco del 2011 que está súper vigente, muy bien hecho. Del sur me gustan mucho los Bandalos Chinos, hay una cantidad de música mexicana nueva que está sorprendente. He estado siguiendo el proceso del Kevin Kaarl, que también está muy chila su cura. ¿Qué más? Por aparte lo que sí me gusta y que no tiene que ver con novedades, me encanta Ernest Ranglin y el rocksteady y el reggae viejito, eso es algo que si no sé qué poner, me voy a eso y ahí me siento bien.